MITOS Y LEYENDAS: LA SERIE

Empezamos, en la Revista, una serie de mitos y leyendas indígenas, contados hermosamente por el maestro Arlés Herrera, los cuales estaremos publicando periódicamente, en lo posible, cada 15 días. Así que empezamos con el primer episodio. Esperamos sus comentarios y/o sugerencias a nuestro correo. revistalajeta@gmail.com. Gracias y esperamos la disfruten. _________________________________________________

lunes, 11 de septiembre de 2023

 TAYARÚ 
LA DIOSA DEL CHAIRÁ


Por Arlés Herrera – CALARCÁ

 Tayarú. Óleo del maestro Arlés Herrera, Calarcá.


En tiempos lejanos, dice la leyenda, que en las riberas del Río Caguán vivió una gran familia de huitotos, liderados por el octogenario Cacique Piranga, quien, maldecido por su dios y en avanzada edad, debía entregar el poder a su hijo mayor.

Preparados para la ceremonia con música, cánticos, flautas y danzas, el ritual tenía dos grandes propósitos: Abdicar y obtener el perdón del dios Asianamú, quien otorgaba todas las bendiciones al sucesor.

Para alcanzar tales gracias, era costumbre sacrificar en la hoguera, a la más hermosa de las mujeres de la tribu. Mientras ardían los leños de rosas, el Payé llevaba en sus brazos a la bella joven Tayarú, de pronto un grito estremecedor sacudió de dolor las montañas, las fieras y los ríos, el cuerpo de Tayarú fue envuelto por una estela de luz y se esfumó en el misterio.
 
En otro lejano lugar, en las empinadas montañas del Ariari, Chairá, hijo del dios Asianamú, vio a su hermano menor saltar de felicidad, gritaba: la vi, la vi, su exaltación obedecía al ver cómo una resplandeciente luz, se transformaba en forma de mujer.
 
El joven se preparaba, para la gran boda con la hija del Cacique, de pronto, sin que nadie lo esperara, emergió de las aguas de la laguna la más encantadora y bella mujer, quien al palpar los ramajes con sus delicadas manos iba haciéndolos reverdecer, las orquídeas se tornaban esplendorosas y el ambiente quedaba impregnado de un suave perfumado olor.
 
¡Es Tayarú!, es ¡Tayarú! gritaba el joven. Renunciando a la boda, abandonando la ceremonia. Corrió desesperadamente para alcanzar a Tayarú, pero le fue imposible, el dios Asianamú le castigó y terminó ahogándose en la llamada Laguna del Chairá.
 
Dicen que cuando Tayarú aparece en el lago entonando una melodiosa canción, las mismas aves cantoras la reverencian con su silencio y las aguas empiezan a danzar.

jueves, 24 de agosto de 2023

Leyenda Indígena Amazónica

ABATIYÚ (Victoria Regia)


Por: Arlés Herrera-CALARCÁ-


Óleo del maestro Arlés Herrera, Calarcá.

La ensoñación mítica ha sido la fuerza creadora de los pueblos para crear bellas narrativas, leyendas, historias fantásticas y cuentos. Los artistas de la palabra nos han permitido con sus fantasías soñar y viajar a donde solo se puede llegar imaginariamente.
 
La cultura mítica de los pueblos indígenas del Amazonas es sin duda inmensa, de singular belleza, Abatiyú es una muestra de la estética de los contadores de leyendas.
 
La leyenda no tiene un autor en concreto. Estas nacen de la ensoñación de la comunidad, que reunidos bajo la Maloca y alrededor de una fogata fueron creando hermosas obras de arte con la palabra, Abatiyú, (estrella de las aguas) es una de ellas. Retrocedí en el tiempo e imaginariamente me senté alrededor de la fogata a escuchar la palabra del viejo sabio de la comunidad.
 
Una bella narración de amor
 
El sabio comienza con con voz pausada y grave: Había aquí en el amazonas una joven indígena de resplandeciente belleza de nombre Nahía, las flores de la selva la envidiaban, tenía la edad del amor en que la alegría juvenil está a flor de piel, canta, danza y siente el deseo de amar y sentirse amada. Ella corretea alegre entre los majestuosos arboles vestidos de orquídeas que el tiempo paciente esculpió durante doscientos, trescientos y mil años.
 
El corazón de Nahía, rebosaba de alegría cuando veía la luna asomarse tras la montaña, Nahía corría enloquecida, quería alcanzarla para contarle sus amores, pero al llegar a la cumbre de la montaña su desilusión la hacía estallar en llanto al ver que aquella luna estaba allá muy lejos de su alcance. Varias veces sus padres la encontraron bañada en llanto, ella rehusó en contarles el porqué de sus lagrimas.
 
También dice la leyenda, afirma el sabio, que la luna por la noche pasaba alumbrando los poblados de los indígenas en busca de los rostros mas hermosos de jovencitas, a las cuales las tomaba llevándolas hasta el inmenso firmamento convirtiéndolas en estrellas refulgentes en el inmenso azul de la bóveda celeste.
 
Los jóvenes de la comunidad soñaban y le declaraban amores Nahía, amores que ella rechazaba, pues su corazón estaba destinado solo para la luna.
 
La flor Victoria Regia es una bella mujer
 
Sucedió, que una noche, cuando caminaba por un sendero enmarcado por arboles tachonados de florecillas vió en un inmenso espejo de agua reflejada la imagen de la luna.
 
Su alegría fue desbordante y sin pensarlo dos veces se lanzó al agua con la idea de que en el fondo de ese espejo de agua estaba el ser que tanto amaba, tenía la esperanza de poder abrazar a quien fuera motivo de sus desvelos. Bajó tanto a las profundidades de aquellas aguas, Nahía pereció ahogada.
 
La luna sabía de lo mucho que aquella bella joven indígena le había amado. Sintió tanta pena por Nahia, que la rescató, convirtiéndola en el más bello lirio de las aguas, conocida con el nombre de Abatiyú (Victoria Regia). Esta flor de blanquísimos pétalos los abre en las noches para contemplar allá en el inmenso cielo al ser que tanto amó exhalando delicada fragancia propio de los seres que aman.
 
El nombre original de esta flor en lengua de los nativos es Abatiyú. El de Victoria Regia fue dado por el inglés, Duque Devonshire en honor a la reina Victoria (irrespeto propio de los colonizadores a la cultura de los pueblos nativos).


jueves, 3 de agosto de 2023

La voz ancestral de Ayo Ayoola-Amale  

“La mujer africana 
es la madre de la humanidad”


De Ghana a Medellín viajó esta mujer trayendo los sonidos de la poesía africana para brindarnos su musicalidad y estética oral, con un mensaje de paz mundial

 

Ayo Ayoola-Amale. Foto ZHB


Por: Zabier Hernández Buelvas

 

Nació en Ikoyi Lagos, Nigeria, el 21 de mayo de 1970. Es poeta, narradora, dramaturga, constructora de paz, activista por los derechos humanos, defensora de las mujeres y las niñas, educadora, performer del Spoken Word, profesora universitaria, tallerista de escritura creativa y abogada.

 

Una semilla que va creciendo

 

Al escucharla cantar este poema en el 33 Festival Internacional de Poesía de Medellín se siente la fuerza del origen, de la voz más antigua de la tierra, de la denuncia del dolor atravesado como continente y humanidad.

 

“Mi camino en la poesía tiene que ver con el cambio, creo en la naturaleza y en la escritura para un cambio, para cambiar la sociedad”, había afirmado hace 15 años en Medellín. Ayo Ayoola-Amale como Embajadora Universal para la Paz y del amor, como Musa de la Armonía Poética en África e integrante destacada del comité coordinador del Movimiento Poético Mundial, es una fundadora de procesos, impulsora de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Justicia, creadora de la Fundación de Poesía Esplendores del Amanecer, la cual aboga por un cambio social positivo en varios países.

 

Hablar con ella es una clase de África toda, es una celebración constante y apasionada de su literatura y su poesía, de su política y su economía, de su sociedad y su cultura, de las mujeres poetas y luchadoras, cuya voz se celebra por su paz, la armonía, la humanidad, las innovaciones políticas, surrealistas y dinámicas en el lirismo y el sonido visceral”. Habla con profundo amor por su país de origen, Nigeria y también del país donde vive, Ghana.

 

A la reflexión que le hice sobre la poesía africana y su mayor visibilidad en el mundo literario y poético, responde animada: “Ghana es un país que vibra con la poesía. Para mí la poesía es fundamental.

 

Los pueblos africanos al igual que los pueblos de América Latina están hoy en muchas luchas muy fuertes por defender su nación, su territorio, su cultura. Ghana es un país muy activo en la poesía y además tiene un movimiento que ha llevado poetas de diferentes partes del mundo, de diferentes regiones y nacionalidad y es parte de la vida diaria. El Movimiento Poético Mundial es como una semilla que se va implantando en los diferentes países y que va creciendo”.

 

En la inauguración del primer Congreso del Movimiento Poético Mundial, la poeta afirmó que “las mujeres en África son las madres de la humanidad”. Indagamos sobre la mujer de Nigeria, africana y su relación con la poesía. “La humanidad nació en África, en Kenia y en Ghana, la poesía ha ido creciendo y cada vez resurge más en movimientos literarios, movimientos poéticos, que ganan día a día terreno, en el escenario literario y poético”.

 

La poeta alistaba maletas para su viaje a Venezuela de donde partiría hacia el continente negro. Recordó, “estuve en el Festival Internacional de Poesía de Medellín primero en el 2015 y quedé muy impresionada, me encantó el contacto con la gente, es como un puente que permite ver y sentir no la diferencia que hay en otros, sino lo que nos une. Se siente una como en su casa. Puedo palpar que somos raíces, tronco y rama común de la humanidad.

 

Latinoamérica no solo tiene sus raíces africanas, sino, que nos alimenta con su cultura y su poesía. Para la muestra es este Festival Internacional de Poesía de Medellín que es el más grande y el mejor del mundo”.


África, los años de la podredumbre acumulada

 

África, la tierra que parió a la humanidad

tierra de gente vestida con atavíos de oro,

tierra tan verde como las hojas de espinaca

que solían crecer en el patio de mi abuela,

no conocemos el tono marrón de las hojas podridas.

Y llegaron monstruosos dragones exhalando fuego,

reunidos alrededor de una cabeza que sobresale de la multitud,

ocuparon todos los umbrales aquí, todos tan pobres como ladrones.

 

¿Quién no ha sido asaltado?

¿Qué no ha sido robado o incautado?

¿Quién no ha sido alquilado?

¿Dónde no ha sido allanado?

¿Prestado, comprado? Quemado por el fuego…

¿De quién no ha sido manchada la cara con plátanos rastreros?

 

África, mi África, como águilas de alas entrelazadas

teníamos nuestras mentes sostenidas en silencio, polvorientas, agotadas

ellas sostenían todos los umbrales aquí

y luz del sol sobre nuestra cabeza se alzaba,

desde nuestras patrias estampamos nuestro pie, espina sobre arbusto.

Nuestras caras enrojecieron con un profundo tono rojo furia,

mientras marchábamos por cada comunidad escuchábamos el pedo

de la piedra de trueno del payaso,

luego hubo manchas de sangre en las paredes y el piso.

Nosotros, como las águilas intentamos volar, pero nos desplomamos al suelo.

 

Levantamos nuestros pies, gritamos, apretando con fuerza los puños

la lluvia caía sin cesar, el sol se vertía

no obstante, nos aferramos a la cerca, con fuego en nuestros corazones,

luchamos a través del bosque como mascaradas salvajes.

Ninguna luz llegó,

quietud, lápidas en voz temblorosa,

inmóviles, nos aferramos a la cerca del portón de la ciudad, las luces parpadean,

luchamos hacia nuestras tierras natales, vimos movimiento más allá de los árboles.

 

Entonces con el corazón latiendo en nuestra cabeza

recogimos las llaves del portón del pueblo con manos temblorosas

y garganta apretada.

Sonido de hierro rompiéndose,

amanecieron los años del autogobierno,

los años siguientes a unos crueles lunáticos

trajeron las nuevas costumbres como las viejas costumbres.

Ocuparon todos los umbrales aquí,

sostenían las cosas irrevocables

con el corazón completamente cerrado, veloz.

 

 Mi paz entera se ha ido

 

Mi paz entera se ha ido

como un festín apagado, recién cumplido

el fuego en nuestras cabezas se lanza de lleno a la errancia

grita, jadea, golpea, retumba, tintinea.

Nos clavamos siempre con violencia en sucias letrinas desmembradas, rechinando.

Armas posadas sobre flores se vuelven cuido.

 

Derecho innegable a mutilar nuestras médulas espinales: “derechos del arma”, dicen,

el arma es agua, bebe armas, come armas

esculpidas para bombardear y desgarrarnos con su dedo bajo nuestros pantalones.

 

Mi paz entera se ha ido

a través de la miseria de las edades como fuego helado.

Un arma quema la dura arcilla no nacida,

armas acarician nuestros vientres hasta las cenizas,

en la noche silenciosa, la luna arma iras,

estos días inmaduros se apresuran al cementerio.

 

Cuando el trueno golpeó nuestras mentes y permaneció allí,

limpiamos nuestras palmas adoloridas en llamas.

Mi paz entera se ha ido

bailan nuestros dientes bajo una explosión de gas caliente,

nuestros antepasados yacen encorvados, sus corazones frágiles,

en cada viento las piedras de la muerte friegan días

tal como una vela se derrite.

 

Misiles salen resonando por el viento caliente,

mi paz entera se ha ido,

mientras jadeamos y gemimos en agonía por nuestro “innegable derecho a vivir”, decimos “tenemos una vida por delante”, careciendo de lengua

no de un derecho a disparar hacia abajo

mientras jadeamos y gemimos en agonía

nuestro “innegable derecho a explotar el aliento de la vida”.

 

Mi paz entera se ha ido

con misiles armados con ojos chispeantes,

anegando sangre sudorosa, anegando carne desgarrada, anegando días inmaduros.

Mi paz entera se ha ido.


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Artículo tomado del Semanario VOZ, edición 3184, página 15, del 2 de agosto de 2023. Previa autorización del autor y actual director del semanario.

https://semanariovoz.com

Poemas traducidos por Arturo Fuentes y tomados de la página web del Festival de Internacional de Poesía de Medellín.


jueves, 20 de septiembre de 2018

domingo, 22 de abril de 2018

jueves, 16 de marzo de 2017

domingo, 29 de enero de 2017

MONTES DE MARÍA

Por: Rafael Carrascal Vergara

Para María Eugenia

En tus montes, María,
Trepo y cabalgo tus laderas.
Avanzo frenético por tus cimas.
Mis manos resbalan. Combato.
La lluvia de mi cuerpo
cae en tu cuerpo.

En tus montes, María,
trepo y cabalgo.
En exploración profunda
avanzo por tus cerros
redondos y cálidos.
Avanzo de frente por tus cerros
y me baño en tu poza.

En tus montes, María,
bajo a la cueva a saciar
la sed de tus misterios.
Moja el éxtasis la flor.

EL CUENTO BREVE: PATITO FEO DE LA LITERATURA

Por: José Gabriel Coley 


El cuento breve, cuento corto, minicuento, cuento mínimo, prosopoema, poema en prosa o como quiera llamársele, evoluciona del cuento literario tradicional. En él se distingue fundamentalmente el asombro, el estupor, el desconcierto final, aunque lo que se narre solo sea una miserable historia. La necesidad de destacar la tensión y el “golpe bajo” (sorpresa) de que nos habla Cortázar, ha hecho que el cuento literario, generalmente cargado y recargado de rellenos innecesarios y de anecdotismos inútiles, se sintetice en el cuento breve.

“De una manera que ninguna técnica podrá enseñar o proveer, el gran cuento breve condensa la obsesión de la alimaña, en una presencia alucinante que se instala desde las primeras frases para fascinar al lector, hacerle perder el contacto con la desvaída realidad que lo rodea y arrastrarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, mucha veces de alivio, tantas otras de resignación”.

Los temas de los cuentos breves en este atropellado mundo moderno son aquellos cuya crisis, por su rapidez, exigen la brevedad; simplifican, condensan, proceden por omisión más bien que por desarrollo, proyectan su luz por alguna circunstancia de una situación; no constituyen un gran cuadro, sino una miniatura exactamente dibujada. Su génesis es con frecuencia rápida, instantánea, como una iluminación, muy semejante a la poesía. Su técnica e intención sirven para expresar o despertar en el lector de hoy un tipo especial de emoción, ciertos estados del alma, ciertas claridades del espíritu. No se permiten esperas. Es ya, o ya.

La limitación del cuento a una extensión corta, la necesidad de que provea, con esa forma instantánea, una impresión indivisa sobre el lector, a la que deben estar subordinados todos los aspectos, explican y exigen el primer elemento esencial de este género: la síntesis. Síntesis significa reducción, eliminación y depuración para dejar lo que es absolutamente necesario.

Síntesis desde el tema claramente delimitado y el núcleo argumental bien definido; síntesis en el modo de narrarlo, eliminando deliberadamente toda retórica. Supresión de todo lo superfluo, como exordios, digresiones, ideas intermedias, etc., porque lo que se pretende es enganchar desde el comienzo al lector y llevarle irremisiblemente al núcleo narrativo donde se encuentre solo con “el cordial latido del autor”, sin inoportunos adornos verbales.

No obstante, es indispensable aclarar algo sobre el calificativo “cuento breve”. El término cuento breve o corto, que no equivale a la traducción literal de “short story”, no es tan tautológico, perogrullesco o pleonástico como se le tilda. Se hace necesario, entonces, el empleo de ambos términos (cuento-breve) para distinguirlo. El fundamento distintivo es la síntesis que este logra, sin llegar por supuesto, a los límites de la estrechez asfixiante. Las tramas deberán resolverse, sin esquematismo, ni anecdotismo, sino a través de un curso lógico, sin gasto de retoricismos huecos.

Los cuentos breves deben ser especies de “flashes”, de repentinos golpes de luz, de lamparazos, que capten un contexto rico en emociones e imágenes. O sea que, mientras los escritores de cuentos tradicionales se dan al regodeo de la cámara lenta, lo otros disparan el obturador literario apoderándose de instantáneas sugerentes. Así queda para después la postal, porque postales son los cuentos breves, postales de la vida.

Los cuentos breves son cápsulas, comprimidos, grageas cargadas del desconcierto, de humor, de ironía. Son píldoras bien doradas destinadas a aliviar ciertos padecimientos del alma y con las cuales se puede también irritar el espíritu. Y no es que se tenga gula por lo breve, o afanes liliputienses, sino que en esos concentrados se encuentra un sabor propio e intenso, de esencia, que denota calidad y no cantidad.

El cuento breve tiene la dosis justa de argumento y poesía, destacándose la tensión y el “golpe bajo” con un lenguaje más bien directo, sin hojarascas, sin quincallerías, sin estupideces, sacándole el cuerpo a la basurita, lo cual instaura  una nueva retórica: la de la sobriedad, la de la contención, podada de excrecencias “literatúrgicas” (como pudieran denominarse a esos lastres, a esos excesos, a esos artilugios que están llenos de tantos cuentos tradicionales, sobre todo en nuestro medio). De esta manera todo buen cuento breve debe quedar de inmediato flotando como un loto, como una tarulla tierna, viva, en el lago de nuestra conciencia.

“Los encantos del cuento corto están representados en su apretada forma de sugerir una idea o permitir una reflexión, por lo general más extensa y profunda que el cuento mismo. El lector del cuento corto tiene que habérselas con una mónada conceptual en cuyo interior pulsa un universo de conglutinadas posibilidades, tan capaces de materializarse en nuevas expresiones estéticas cuan fecunda pueda efectivamente ser la potencialidad creadora del lector”.

En definitiva, un buen cuento breve es una gota de agua cristalina que, en su prisma, refleja todo el microcosmo humano. Una artista de luz herida que intercepta los dos planos de la realidad: el del mundo y el del espíritu. Una partícula sutil que, contiene una armonía interna, deslumbrante y vital. En fin, y sin tratar de sintetizar la síntesis, “pequeños pececitos de oro que sólo los buenos Aurelianos saben esculpir”.

El cuento breve, despreciado por muchos como un hijo bastardo del cuento literario tradicional, igual que el patito feo del escritor danés, ya empezó a nadar, a hermosearse y a convertirse en cisne.

domingo, 22 de enero de 2017

domingo, 8 de enero de 2017

Lea los diferentes números de la Revista Suenan Timbres aquí:





martes, 17 de mayo de 2011

Nostalgia Sentimental

Por:
Giovannis Montes Oviedo

El pasado 9 de abril me senté frente al computador y me puse a ver la página La Jeta, y se me vino a la mente aquellos tiempos cuando existía el Grupo Teatral Segunda Independencia, GRUTESI. Al ver aquellas fotos, una vez más, me llené de nostalgia.
Yo creo que momentos como aquellos son difíciles de olvidar. Al lado de grandes amigos, que más que amigos, éramos como una familia.
Para mí, los mejores años de mi juventud los viví en el GRUTESI.
Cómo no recordar, por ejemplo, nuestra primera salida de Sincelejo. Fue a Varsovia, (corregimiento del municipio de Toluviejo, Sucre). Esa experiencia fue inolvidable. Pero las salidas que más recuerdo y nostalgia me dan fueron las que hicimos a Las Piedras y a Sincé. A Sincé porque era nuestra primera prueba de fuego ya que ese municipio del departamento de Sucre, era considerado en esos tiempos y sin dudas aún lo es, una población muy conocedora de teatro.
Ver aquellas fotos, recordar a los amigos que están en ellas, recordar también los buenos momentos que vivimos en el GRUTESI…
Amigos que por una u otra razón no se encuentran en Sincelejo. A todos ellos, si algún día leen la revista La Jeta, para todos ellos mis más sinceros saludo y un fuerte abrazo de mi parte.

sábado, 25 de julio de 2009

VIDEOS DE LA INTERVENCIÓN DEL MAESTRO CALARCÁ

PARA VER LOS VIDEOS DE LA INTERVENCIÓN DEL MAESTRO CALARCÁ EN EL HOMENAJE QUE LE RINDIÓ LA REVISTA LA JETA EL 26 DE JUNIO DE 2009 EN BOGOTÁ, COLOMBIA. HAGA CLIC AQUI

POESÍA Y PINTURA

Oswaldo Karo y Arlés Herrera: Maestros y Artistas

Por Rafael Carrascal

Los pasados viernes 8 de mayo y 26 de junio del año 2009, la Revista de Arte y Cultura LA JETA, en el espacio denominado Viernes Cultural, rindió homenaje a dos grandes artistas. Uno es el escritor y poeta Oswaldo Karo Amaya y el otro el pintor y caricaturista, maestro Arlés Herrera – CALARCÁ.

El maestro Karo, como le decimos cariñosamente sus amigos y calificativo que se ha ganado gracias a sus muchas enseñanzas desde su poesía, nos muestra la cruda realidad que vive el pueblo colombiano involucrado en una guerra fratricida impuesta por la oligarquía y la injusticia social. Conflicto que ha cobrado más de 4 millones de desarraigados, quienes han sido desplazados a la fuerza de sus terruños. El mismo poeta ha tenido que vivir esa situación.

El acto de homenaje a Oswaldo Karo, estuvo engalanado con la presencia de varios poetas: Julio Lamboglia, Rubén Darío Arroyo, José Luis Colegial; los cuales nos deleitaron con la lectura de algunas de sus poesías.

El 26 de junio fue el acto de reconocimiento al maestro Arlés Herrera (Calarcá). Pintor y caricaturista el cual cumplió sus primeros 75 años de edad y de los cuales ha dedicado más de 50 años a la vida artística. Nos muestra a través de su obra, la realidad, de los oprimidos, de los trabajadores y del pueblo en general, así como también la insensatez, la avaricia, la violencia, la intolerancia, la intransigencia y la brutalidad de la oligarquía y la clase gobernante, quienes aplican todas las formas de exterminio contra los opositores y los sectores más desfavorecidos. Situación que se ha empeorado con el inquilino de la “Casa de Nari” (léase Álvaro Uribe y sus secuaces).

Fue un evento emotivo, colmado de anécdotas sobre la vida del artista, que tiene el don “de la eterna juventud”, según lo dijo Carlos Lozano, director de VOZ.

Cuando el maestro Arlés Herrera hizo uso de la palabra para agradecer el sentido homenaje, “relató su ingreso al Partido, sus luchas y su vocación comunista, así como también de los personajes míticos, de héroes y heroínas de nuestro pueblo aborigen latinoamericano en su lucha contra el etnocidio español durante la época de invasión y colonización de nuestros territorios. Mencionó entre otros a Anacaona, mujer revolucionaria indígena de la Costa Caribe; la lucha de los Araucanos con Lautaro; a Tupac Amarú y su esposa Micaela; José Antonio Galán; Pipatón; a Yarima; a Juan Tama; y por supuesto que también recordó a sus compañeros de lucha de la Unión Patriótica, y que fueron miles los asesinado por este régimen en su aplicación del Terrorismo de Estado y que hoy se prolonga con la política de “seguridad democrática”, contra los hombres y mujeres que piensan en bien de la humanidad. Otros luchadores latinoamericanos que recordó fueron Emiliano Zapata, Pancho Villa, Augusto César Sandino.

El amor por la cultura ancestral es un aliento para el maestro CALARCÁ y como dice él, para poder contarles a sus nietos, a los jóvenes las cosas hermosas de esas culturas. Hablar por ejemplo de los espejos de agua del Amazonas, de la luna coqueta, las lagunas sagradas, el sol, el orfeo de las selvas del Caquetá llamado Yurupari.

En el Homenaje a estos artistas también se vincularon el Colectivo de Artistas Luis Vidales y el Semanario VOZ. Los Hermanos Escamillas nos deleitaron con su aporte musical entonando canciones protesta en el homenaje a CALARCÁ.

Ya para finalizar me atrevería a decir que el pincel y el cuadro son la expresión poética del pintor, así como el papel es el lienzo donde refleja la obra pictórica el poeta.

Recomiendo a los lectores y lectoras escuchar y ver los cortos videos de la intervención del Maestro CALARCÁ, donde se puede escuchar de viva voz y más ampliamente todo este comentario que les he mencionado.

viernes, 5 de junio de 2009

POEMAS DE RUBEN DARIO ARROYO OSORIO

EL AMANTE I

Mientras la luna
intenta besar a las palmeras
de las costas,
los amantes ríen
de aquellos que esperan su retorno.

EL AMANTE II

En cada infiel
siempre hay un equívoco infinito:
el amante desconoce
los oficios –non santos-
de su pareja en la otra orilla.

EL AMANTE III

El amante espera, mira su reloj, transpira,
dibuja un paisaje en miniatura,
mira al espejo para ver
a quienes lo ven agonizando en su ritual.
La amante sin afán alguno,
perfila sus pestañas en el espejo
del auto que la lleva,
se da un nuevo toque de perfume.
La cita se consuma:
los amantes se beben el último aliento
entre el aire fresco de la tarde,
algunos sorbos de licor y música de ayer.
regresan a sus lechos de orígenes.
Es posible que mañana cada uno se pregunte
entre prevenciones y viejos temores
¿Quién estará engañando a quién?.

ESCENA COTIDIANA.
In memoria de Jorge Ortega.

Llueve.
La sombra se apodera de todos los espacios,
Las calles se llenan de seres afanados
que buscan alcanzar momentos de reposo.
Se escuchan gritos y disparos,
El miedo habita cada poro,
cientos de niños mendigan en todas las
esquinas.
Las prostitutas baratas se disputan
los clientes que a esta hora de la noche
quieren espantar tanta desolación
agazapada entre su piel.
El frío penetra en cada uno de los huesos
y obliga a esos caminantes
a buscar el alivio de sus manos, de sus ojos
de su alma.
Y un poeta que viene con el viento
de un mar embravecido cierra los puños y se lamenta
que todavía persistan tantos dolores
entre los habitantes que quedan el la tierra.
mañana otra viuda llorarla padre de sus hijos
inmolado por haber tocado las llagas
que están pudriendo el país donde nacimos.

ESQUELA.

A veces
me siento
como Heráclito sin fuego.
Puede pensarse
que es por las guerras
de este tiempo.
Es por tu ausencia.

MOMENTO

En un momento
Un hombre viejo
Y muy sabio
Escondió la cicuta
Para evitarme
El final de la nada
Que llevo en estas manos indefensas.


HISTORIA BREVE.

El suicida tenso
Se balanceaba
En el piso veintidós,
Ya casi nada
ni nadie
podía persuadirlo
de aquel salto
más allá del tiempo.
Alguien.
no se sabe quién
dijo
que ella había regresado
con la lluvia.

UNA POSTAL

En la tarde
El sábado se detiene,
una joven esbelta
patina alegre por el parque,
los robles soberbios
danzan la cumbia del viento ebrio.
Sobre el césped
unos mendigos
disputan monedas y migajas,
dos amantes se besan
olvidando el ruido Y la violencia.
De mi no te preocupes:
pienso en ti.

EPIGRAMA II.

Absortos
río
abajo
veinte cadáveres miran el cielo plomizo.
Los diarios venden la noticia.
Un poeta
Bebe toda su tristeza
Y se va muriendo
En el nuevo silencio que se instala.

EPIGRAMA XV.

El hombre se levanta,
mira su rostro en el espejo,
Contempla las líneas de sus manos,
se calza los zapatos, abotona su camisa
y atraviesa la ciudad que apenas se despierta.
Esta vez
tampoco bastaron los anuncios de prensa
describiendo su rostro y sus señales.

EPIGRAMA XX.


“Mi patria está más allá de la necesidad
Y mis canciones son agresivas, tercas y tímidas”
ADNAN AL SAYEGH.

Es sábado de tarde abúlica
Y firmamento oscurecido.
Los perros sacan a pasear a sus dueños.
En el parque dos rufianes pelean
el botín de su último robo.
En la televisión el Presidente de la República
Da un parte de victoria:
Sólo murieron treinta soldados de la patria- dice,
toma un sorbo de agua y se despide acongojado.
Yo escondo mi cicuta y me embriago todo.
Es la mañana del domingo,
entre una y otra blasfemia
Sonrío y escribo este epigrama inofensivo.